sábado, 23 de julio de 2011

Cines de verano

He ido mucho al cine; mi padre era un gran aficionado y vi todas las películas de romanos y del Oeste (ahora de vaqueros) que se estrenaron en mi niñez. En mi pueblo no había cine de verano; ya era raro que hubiera dos "de invierno", todo un lujo para un sitio tan pequeño.
Mis primeros recuerdos de este tipo de cines se remontan a mi adolescencia y se relacionan siempre con el sitio donde veraneábamos. Torrevieja tenía varios y yo los recuerdo como si fuera ahora. Recuerdo el frío (sí, en Torrevieja la brisa marina es fresquita por la noche) y la distribución de los asientos, que curiosamente se agrupaban alrededor de mesas. Era como estar en un gran restaurante, sólo que la cena te la llevabas tú. Para eso estaban las mesas. Ahora me pregunto cómo permitían eso, supongo que habría que comprar allí las bebidas. El caso es que aquello era una curiosa mezcla de supermercado, restaurante y cine, que nada tenía que ver con las asépticas salas de proyección actuales que tan bien hemos copiado de los americanos.
Después fuimos evolucionando y desaparecieron las mesas. Las sillas se colocaron mirando todas a la pantalla. Las cenas se seguían llevando, pero se ocultaban en cestas debajo de las sillas. 
 Gloriosas películas vi en aquellos cines, empezando por Beethoven, pasando por El último emperador o disfrutando de Robin Hood (el de Kevin Kostner).
Luego ya vienieron los hijos y cambió el escenario. Pasábamos los veranos en una pedanía de Torrevieja, La Mata, y el cine de verano que había allí era casi la única distracción que teníamos después de la playa. Era imprescindible llevarse un cojín o dos porque los asientos eran de metal, pero a cambio tenía un pequeño espacio cubierto en la parte de atrás donde te podías refugiar si lloviznaba. Así, refugiados, vimos una noche Bailando con lobos, mientras llovía. Toda una experiencia.
Cine de verano se asocia siempre a vacaciones, a falta de compromisos, a poder trasnochar, a que te pueda caer la lluvia encima, a que tengas como techo un paraguas de estrellas, a poder ver la película desde un edificio cercano con prismáticos (yo lo he hecho), a poder comer pipas (las palomitas vinieron después), y en mi caso, siempre a brisa de mar... Ésa es mi madalena de Proust; para mí cine de verano es igual a brisa de mar, bocanada de yodo y sal. Eso unido al león de la Metro, la estatua de Columbia, la tierra girando de Universal, el pegaso de Tristar,... en fin, esos intros cuya música sabíamos tararear todos, nos hacía saber que inmediatamente después veríamos una película inolvidable.
Esa es la magia del cine: hacernos vibrar de emoción, hacernos creer que todo es posible cuando se apagan las luces; o cuando la noche es oscura, si tenemos la suerte de estar a la fresca en un cine de verano.

Escrito a petición de doña Díriga para la ning Cero en Conducta, que pretende unir Cine y Educación.

miércoles, 6 de julio de 2011

Mi alumno Javier me tutela desde casa

Este es un nuevo concepto en educación: mi alumno Javier me tutela desde casa y me manda intros (que sabe que yo no sé hacer) para que los use el año que viene en el blog. ¿Entendéis ahora por qué os digo que habrá un antes y un después de esta promoción de Blogmaníacos? Han puesto todo patas arriba y ya no se sabe quién enseña a quién. Yo esto lo he visto escrito en muchas teorías educativas innovadoras, pero vivirlo y "hacerlo carne" ya no es tan habitual. Por eso...
...aquí os presento un nuevo "Intro" que Javier me ha mandado desde casa. No le dio tiempo antes de acabar el curso, y fiel a su palabra, lo ha terminado en vacaciones.
A él debemos en Blogmaníacos las incursiones en los programas de animación, como Blender  (Blender es libre 3D de código abierto suite de creación de contenido, disponible para los principales sistemas operativos bajo la Licencia Pública General de GNU) .y Cinema 4D  un paquete muy técnico y profesional que no es recomendable para el uso corriente de cualquier persona (lo pone en la página de descarga :). Este intro que os deja, está hecho con ese último programa y editado después con Sony Vegas.
Espero que os guste y se lo digáis para retroalimentar tan estupendo trabajo en un alumno de sexto (y si alguien consigue hacer lo que él ha hecho con sus once años, pues que nos lo muestre, please).